jueves, 23 de agosto de 2012

El huertanico Murciano

Soy un huertano murciano urbano con un poco de tierra prestada en la huerta de Murcia. Huertano aficionado sin pretensiones de ningún tipo, más que entretenerme en la naturaleza y comer algún tomate. Murciano de toa la vida, sin más que explicar. Urbano porque vivo en un piso.

Hablaremos del huerto que a eso hemos venido. Podríamos decir que es familiar pues vivo con mi chica, un perro y un gato. Podríamos decir que es ecológico porque no se usan productos químicos. Así que lo llamaremos huerto familiar ecológico si se quiere.

El despropósito empezó hace más o menos un año, con la suerte de encontrar un pequeño terreno que me prestaban a cambio de algún pimiento y mantener aquello limpio. Debí haber meditado antes el compromiso de mantenerlo limpio, y los pimientos por ahora me los he comido yo. Pero allí seguimos.
Hubo que limpiar a fondo 4 años de abandono, por lo que rapidamente aprendí lo penoso de la tarea. Algunos limoneros estaban en malas condiciones así que nos deshicimos de 2 árboles, despejando de paso la zona central del huerto para los bancales de hortalizas. Por lo demás, rascar hierba y quitar pollizos de una acacia que hay en una esquina del huerto (autentica pesadilla pero harina de otro costal).

Una vez limpio, siguiente problema: el agua.

La regadera que llegaba por una esquina al huerto estaba inutilizada casi desde la toma con el brazal. La  regadera que viene por el otro lado muere en la parcela del vecino y los intentos de hacer un canal hasta mi huerto son fallidos debido a un curioso rebote de la azada con el terreno. Finalmente se pudo solucionar cogiendo una toma de agua de un pozo vecino; perfecto.

Ya tenemos el terreno limpio y agua. Primer intento de cavar un bancal y zas, de nuevo rebote de la azada con el terreno, parece roca. Replanteamos estrategia mojando el terreno para que se reblandezca y ahora si, la azada se hunde hasta el fondo así que a darle duro. En fin, que yo pensé que el tempero era un tipo de acuarelas y el resultado de todo parece un chiste gráfico. Un barrizal total donde puse unas 6 o 7 coles que había sacado de semillero y que palmaron como si se hubieran caído en la marmita de RoundUp.



Eso si, el intento era digno y aquello parecía un caballón y tal.

El bancal fue creciendo hacia la izquierda y yo me fui empapando con la cultura huertíl. Planté un ciruelo japonés y un Santa Rosa, un melocotonero y una pequeña higuera. Cavé otros bancales donde hubieron lechugas, rabanitos y habas, y en primavera se pusieron patatas, tomates de pera y óptima, pimientos italianos, y sandias sugar baby. Hasta hoy.








Comenzamos ahora un diario de las tareas huertiles. No prometo nada.

1 comentario:

  1. Hiciste un trabajo titanico, eso es tener ganas y tu las tienes de sobra

    ResponderEliminar